domingo, 4 de março de 2012

La Segunda Milla - Gino Iafrancesco




La segunda milla anduvo El,
la otra mejilla presentó;
la capa y la túnica entregó;
ninguna queja en El se oyó.
Extendió los brazos en la cruz,
y a sus verdugos perdonó.
La infame vergüenza soportó;
ninguna queja de El se oyó.
Por ese amor tan grande con Dios nos reconcilió;
por ese amor tan grande la gloria restituyó.
Y ahora El espera, sí de mí,
que participe siempre junto a El,
que unza yo su yugo sobre mí
y como El, muera también.
Por ese amor tan grande yo quiero ser como El;
le pido que con su ayuda
me conceda andar como El.  

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